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Secretas
Secretas (Sec)

Bs. As., 21/9/1971

 

En uso de las atribuciones conferidas por el artículo 5° del Estatuto de la Revolución Argentina,

 

EL PRESIDENTE DE LA NACION ARGENTINA SANCIONA Y PROMULGA CON FUERZA DE LEY:

 

Artículo 1° — Apruébanse las Políticas Nacionales Secretas que como Anexo integran la presente ley.

 

Art. 2° — El señor Presidente de la Junta de Comandantes en Jefe, los señores Comandantes en Jefe del Ejército, la Armada y la Fuerza Aérea, los señores Ministros de Relaciones Exteriores y Culto y de Defensa, el señor Secretario General de la Presidencia de la Nación y el señor Secretario del Consejo Nacional de Seguridad recibirán con cargo personal un ejemplar de la misma. Su texto sólo podrá hacerse conocer a los señores Subsecretarios, Generales, Almirantes, Brigadieres, Embajadores, Ministros Plenipotenciarios, Directores Nacionales y Directores Generales de los organismos señalados.

 

Art. 3° — Dado el carácter particular que reviste esta ley, que exige rodearla del máximo de seguridad, queda prohibido sacar copia total o parcial de la misma. El ejemplar en poder del señor Secretario del Consejo Nacional de Seguridad estará a disposición de los señores miembros que integran dicho Consejo para su consulta.

 

Art. 4° — La presente ley será refrendada por los señores Ministros de Relaciones Exteriores y Culto y de Defensa.

 

Art. 5° — Comuníquese y archívese el original en la Secretaría del Consejo Nacional de Seguridad.

 

Firmas

 

ANEXO

 OBJETIVO POLITICO SECRETO

 

Mantener una situación de preeminencia en el ámbito de América Latina a fin de lograr una gravitación significativa en el sistema internacional.

 

POLITICAS NACIONALES SECRETAS

 

1. Crear y consolidar en Uruguay, Paraguay, Bolivia, Perú y Chile, un ámbito de influencia propio, sobre la base de un crecimiento común, a través del cual la Nación pueda potencializarse y gravitar significativamente en el sistema internacional.

 

Orientar las relaciones exteriores en tal sentido, proyectándonos cultural, científico-técnica, política, económica y militarmente hacia aquellas naciones y —según convenga a nuestros intereses — hacia los demás países latinoamericanos, evitando actitudes que puedan tipificarse como expresión de una política imperialista.

 

Neutralizar la actitud antagónica de Chile, fomentando el desarrollo de intereses comunes.

 

Promover y alcanzar un entendimiento con Brasil a fin de compartir responsabilidades en el ámbito continental. Para ello será necesario lograr un crecimiento equilibrado y afianzar nuestra posición orientadora con respecto a las naciones menores de la región, compensando la ventaja cuantitativa brasileña con un peso cualitativo argentino y procurando superar a dicho país en determinados aspectos cuantitativos que constituyen el poder mundial.

 

2. Estrechar los vínculos de todo orden con Uruguay, Paraguay, Bolivia y Perú, especialmente mediante las obras de infraestructura física, creando intereses comunes que aseguren nuestra preeminencia y eviten la expansión brasileña hacia el Oeste.

 

3. Intensificar el intercambio comercial con Uruguay, Paraguay, Bolivia y Perú, teniendo en cuenta la repercusión política favorable que tiene en esos países la eliminación de trabas a la importación de su producción primaria.

 

4. Promover la formación de un frente común con Uruguay, cuando las circunstancias lo aconsejen, para la comercialización de productos agropecuarios, a fin de defender o mejorar posiciones adquiridas.

 

5. Fijar en forma definitiva los límites en el Río de la Plata y en el mar adyacente al mismo, asegurando nuestra jurisdicción sobre los accesos a los puertos argentinos y la soberanía de la Isla de Martín García.

 

6. Conceder al Paraguay el máximo de facilidades y franquicias posibles para que dicho país incremente la utilización de nuestros sistemas vial y fluvial, con el objeto de contrarrestar el desvío del tráfico paraguayo hacia los puertos brasileños del Atlántico.

 

7. Terminar en el más breve plazo la demarcación definitiva de la frontera con Paraguay, a fin de evitar conflictos sobre esta cuestión, procediendo con la necesaria flexibilidad y espíritu de conciliación.

 

8. Asegurar la provisión del mineral de hierro de los yacimientos ferríferos de Bolivia para nuestras acerías, favoreciendo su explotación mediante capitales nacionales o conjuntos u obteniendo dicha materia prima por otros medios de negociación.

 

9. Asegurar y facilitar accesos permanentes de Bolivia al Atlántico, a través de nuestro litoral fluvial y vías de comunicación terrestre, a fin de neutralizar o debilitar la acción brasileña y fortalecer nuestra posición en el marco de la Cuenca del Plata.

 

10. Promover una amplia y auténtica cooperación con Chile, condicionada por los imperativos de nuestra seguridad nacional. Auspiciar e impulsar proyectos de infraestructura física y de integración económica, especialmente en aquellas zonas fronterizas de mayor desarrollo relativo argentino y/o en los rubros que tiendan a hacer imprescindible la vinculación de aquel país con el nuestro.

 

11. En materia de litigios con Chile, promover soluciones equitativas y realistas que permitan eliminar fuentes de conflicto, preservando el interés nacional.

 

12. Explotar en la Cuenca del Plata la atracción natural hacia el Sur, neutralizando la acción brasileña que pretende su desviación hacia el Este.

 

Aprovechar esa atracción mediante acciones políticas, económicas y científico-técnicas para proyectarnos al exterior, a fin de encabezar el desarrollo de la Cuenca, orientándolo en beneficio de nuestro armónico desarrollo nacional, de la mejor situación estratégica de las zonas fronterizas y del resguardo del interés nacional en cuanto al régimen y uso de los recursos hídricos.

 

13. Coordinar con Bolivia, Paraguay y Uruguay, nuestra política exterior en el marco del sistema de la Cuenca del Plata, a fin de instrumentar acciones conjuntas frente a eventuales posiciones o acciones unilaterales del Brasil que afecten nuestros intereses. Promover con este último país una actitud cooperativa a fin de que los ríos Paraná, Paraguay y Uruguay sean vías eficaces de comunicación internacional.

 

14. Prever y neutralizar las acciones que afecten nuestros derechos a la participación y control en el uso de los recursos naturales, especialmente hídricos, en el marco de la Cuenca del Plata, y obtener de los países que la integran el compromiso de no llevarlas a cabo.

 

15. Tratar de coordinar nuestra política exterior con la de Brasil, cuando existan objetivos comunes en el plano mundial, especialmente respecto de aquellos problemas en que ambos países tienen una posición diferente a la que sustentan las grandes potencias.

 

16. En materia de política nuclear, coordinar posiciones con los países que adopten una actitud similar a la nuestra, en particular con Brasil, y aumentar la ventaja técnica relativa que poseemos sobre dicho país.

 

17. Llevar a cabo una acción tendiente a evitar la formación de un eje político brasileño-chileno o, de no ser ello posible, debilitarlo para neutralizar su eficacia.

 

18. Intensificar las relaciones de todo orden con Venezuela, Colombia y Ecuador, y crear las condiciones necesarias para posibilitar la formación de un eventual eje político que compense un factible entendimiento entre Brasil y Chile.

 

19. Intensificar la penetración cultural en las naciones de América Central y Antillas, a fin de acrecentar nuestro prestigio en esos ámbitos y las posibilidades comerciales.

 

20. Mantener una activa relación cultural, económica y científico-técnica con México, para coordinar la orientación de una influencia compartida, conjuntamente con Brasil, en el ámbito latinoamericano.

 

21. Reafirmar ante los Estados Unidos de América el papel que le cabe a la Argentina como potencia orientadora en América Latina, en particular en el ámbito de influencia propio, con derecho a participar activamente en la formulación de las políticas y estrategias vinculadas con el desarrollo integral y la defensa de la paz en el continente.

 

22. Promover el entendimiento con los Estados Unidos de América, a fin de obtener una mayor cooperación económico-financiera y científico-técnica, sin comprometer nuestra capacidad de decisión y la libertad de acción en la consecución de nuestros objetivos en América Latina.

 

23. Evitar o eludir los enfrentamientos directos o situaciones conflictivas con los Estados Unidos de América, siempre que ello no redunde en perjuicio de nuestros propios intereses y/o los comunes de América Latina.

 

24. Procurar diferenciar la seguridad del mundo libre de las cuestiones originadas por los intereses políticos y económicos de los Estados Unidos.

 

25. En el marco de la ALALC desarrollar una política económica tendiente a ampliar y lograr nuevos mercados y a crear relaciones que, al implicar una cierta dependencia, consoliden el ámbito de influencia propio.

 

26. Lograr influencia en el Grupo Andino, a fin de evitar que se convierta en un obstáculo para nuestro comercio exterior o restrinja nuestra libertad de maniobra política.

 

27. Propiciar, desarrollar y orientar una acción conjunta tendiente a defender los intereses latinoamericanos, siempre que no afecten el interés nacional, para gravitar significativamente en el seno de los organismos internacionales y/o ante terceros países.

 

28. Apoyar a los países de América Latina en los conflictos con potencias de fuera de esta área, que se susciten en relación con la defensa de su soberanía, siempre que dicho apoyo no afecte el interés nacional y nuestras reivindicaciones territoriales.

 

29. Acentuar la participación del país en los organismos interamericanos, tendiendo a encabezar en ellos la mayoría o la totalidad de los países latinoamericanos, a fin de lograr una influencia decisiva en su seno.

 

30. Propender a que los conflictos que se planteen en el ámbito americano sean resueltos en el marco de las organizaciones interamericanas, excepto cuando puedan afectar a nuestra seguridad nacional.

 

31. Coordinar una política común en materia de jurisdicción marítima con los países que hayan adoptado una posición similar a la nuestra.

 

32. Procurar diferenciar las acciones revolucionarias latinoamericanas para determinar la actitud de nuestro país frente a las mismas, según persigan reivindicaciones políticas, económicas y sociales, o tengan un evidente contenido ideológico contrario a los principios tradicionales de la República.

 

33. Promover y participar, conforme al interés nacional, en acciones coordinadas con los países de América Latina en la lucha contra la subversión que atente contra los principios reconocidos por nuestras instituciones:

 

34. En el ámbito de América Latina, coordinar y conciliar los medios a utilizar en la lucha contra la subversión comunista, sobre la base de acciones positivas y no meramente represivas, teniendo en cuenta los problemas internos de cada país, tales como el nivel de desarrollo económico-social, las reivindicaciones socio-económicas, y las de carácter político.

 

35. En el marco de las relaciones previstas en la Política Nacional Pública N° 158, promover el mayor entendimiento con los países de Europa Occidental, a fin de acrecentar nuestra autonomía de decisión en el sistema internacional, y proyectar una imagen de la posición argentina en América Latina que permita obtener de aquellos países el reconocimiento de nuestra responsabilidad en el área, especialmente en el ámbito de influencia propio.

 

36. Activar el diálogo político, intensificar las relaciones científico-técnicas y coordinar la política de exportaciones agropecuarias con Canadá, Australia y Nueva Zelandia, dado el grado de desarrollo alcanzado por estos países.

 

37. Ejecutar con respecto a la República Popular China una política pragmática que tenga en cuenta su creciente presencia política y comercial en el sistema internacional, evitando la eventual penetración ideológica que provenga de aquel país. Fijar nuestra posición en la materia en los distintos foros internacionales, conforme a intereses concretos del país, eludiendo enfrentamientos con naciones amigas.

 

38. Frente a los conflictos que se susciten en el Medio Oriente, adoptar una posición de equilibrio y neutralidad política, de acuerdo a la conveniencia del interés nacional.

 

39. Procurar un mayor acercamiento con los países del Africa Negra, evitando pronunciamientos sobre acciones aisladas y problemas raciales específicos, a fin de incrementar las relaciones comerciales y lograr su apoyo a nuestras aspiraciones políticas en el ámbito internacional. Adoptar, frente a los países árabes, una posición de equilibrio y neutralidad política, según convenga al interés nacional. Estrechar selectivamente aquellos vínculos con Sudáfrica que sean de indudable importancia para el interés nacional, cuidando de no aparecer vulnerando los principios permanentes de respeto a los derechos humanos que son parte del estilo de vida argentino, los que deberán ser sostenidos categóricamente.

 

40. Realizar una activa política sudhemisférica, a fin de evitar que el entendimiento de los Estados Unidos con la Unión Soviética perjudique nuestra posición como potencia antártica. Con ese objeto, lograr un entendimiento básico con Australia, Sudáfrica y —en lo posible— con Chile.

 

Tratar de superar por la vía multilateral los diferendos bilaterales antárticos con Chile y los que pudieran presentarse con otros países latinoamericanos.

 

41. Intensificar la acción diplomática tendiente a demostrar y reafirmar nuestros derechos sobre las Islas Malvinas y obtener su devolución mediante una adecuada acción psicológica y negociaciones políticas y económicas con los sectores públicos y privados de Gran Bretaña y de las Islas.

 

42. Desarrollar proyectos, programas y planes nacionales que permitan neutralizar aquellos de orden multinacional que se opongan a nuestros intereses.

 

43. Procurar que los ciudadanos argentinos que cumplan tareas en los organismos internacionales colaboren, en el ejercicio de sus funciones, con el proceso nacional de desarrollo y seguridad.

 

Promover un estrecho acercamiento con aquellos ciudadanos argentinos que actúen en importantes empresas e instituciones del extranjero, a fin de mantenerlos vinculados con nuestro país

 

44. Neutralizar la tendencia a relegar a la Argentina a cumplir un papel de proveedor de alimentos y materias primas, cercenando sus posibilidades de desarrollo industrial.

 

45. Evitar enfrentamientos innecesarios con las grandes potencias, en materia de desarme, manteniendo la máxima libertad de acción en el propio desarrollo, mientras no se concrete en el orden mundial el desarme general y completo bajo un control internacional eficaz.

 

46. Completar y mantener permanentemente actualizado el Planeamiento Militar Conjunto con el objeto de determinar, sobre su base, los requerimientos necesarios para orientar el desarrollo del potencial militar y del potencial nacional que concurran a satisfacer dichos requerimientos.

 

47. Fomentar la producción nacional de efectos que hacen a las necesidades militares y desarrollar su fabricación, en condiciones de costo y calidad compatibles con las necesidades de la defensa nacional, propiciando el establecimiento de adecuados programas de equipamiento conjunto que posibilite la movilización industrial necesaria para alcanzar, si el caso lo requirierese, los niveles de promoción bélica en tiempo de guerra.

 

48. Asegurar el abastecimiento desde el exterior, de aquellos efectos que hacen a las necesidades militares y que la industria nacional no estuviera en condiciones de proveer, guardando el necesario equilibrio entre las necesidades de la defensa nacional y las posibilidades de la Nación.

 

49. Formar el parque estratégico adecuado a las necesidades y posibilidades de la Nación, en función de la evolución previsible de las Hipótesis de Guerra que se elaboren y la situación internacional.

 

50. Mantener, al mínimo compatible con la seguridad nacional, la producción a cargo del Estado de aquellos elementos y efecto que hacen directamente a las necesidades militares.

 

Procurar, asimismo, la participación, en el mayor grado posible, de la industria privada en la fabricación de dichos elementos, y que la misma mantenga actualizada las previsiones para una oportuna y adecuada movilización industrial.

 

51. Mantener adecuados niveles de información en aquellas actividades económicas y científicotécnicas realizadas por el sector privado que interesen al Estado por razones de defensa nacional, a fin de promover, oportunamente, medidas convenientes para el interés nacional.

 

52. Crear las condiciones adecuadas para el empleo combinado del poder militar con el de los países potencialmente aliados.

 

53. Promover la colaboración con los sistemas u organismos militares, permanentes o no, de defensa continental o subregional en que participe el país, y lograr en ellos la máxima influencia posible en favor de nuestros intereses.

 

54. Promover el desarrollo económico, social, cultural y demográfico en las zonas y áreas de frontera, con el objeto de reafirmar el ejercicio de la soberanía, asegurar la integridad territorial y proyectar la influencia del país hacia el exterior. Incrementar el control y vigilancia en las áreas de frontera y en los puntos de fricción.




 

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